No dejes que te digan qué es el éxito

Qué es el éxito

Ayer vi 8 Mile por segunda vez y no es que sea especial, de hecho tiene una historia que es similar a otras tantas películas, pero cuando terminé de verla me hizo reflexionar sobre el éxito, tema en el cual siempre me gusta pensar y obtener distintos enfoques.

Realmente la historia basada en la vida de Marshall Bruce Mathers III es muy motivadora pero también muy cruel. Es una realidad cruel la que transcurre durante todo el film y sin embargo el final nos deja con sabor a éxito, sobre todo si uno conoce quien es hoy por hoy Eminem. Y cuando ahora analizo en profundidad su éxito me parece que en cierto modo no lo es tanto. Es decir, al igual que para con otros personajes muy famosos, cabe la pregunta de si realmente es un «éxito» su vida.

Pareciera que uno en realidad admira el hecho de haber salido de (x), pasado por (x), soportado (x) o (y). Yo como admirador de él en este caso creo que está bien, es bueno, su película es en algún punto un reconocimiento o un homenaje entre otras cosas, pero de ningún modo creo que sea el relato del camino al éxito.

Tiene una historia dura, muy sacrificada, y al mismo tiempo muy común en muchos sentidos. Él es especial por su habilidad para rimar pero no fue especial cuando sufría de ansiedad, cuando tenía problemas con su familia, cuando vivía situaciones límites con sus amistades, cuando no podía enfrentar su propia realidad. Todos pasamos por cosas así en mayor o menor medida o en diferente escala. Maltratos, abusos, miserias, fracasos, está lleno de eso en el mundo. Sobra por todos lados.

La diferencia no es la fama ni el dinero

Es anterior. Lo distinto de las personas que alcanzan lo que quieren en su vida son la visión y el click mental que en algún momento les surge.

La visión es eso en donde uno se ve o se quiere ver mañana. No dentro de cinco años. Mañana. Como es difícil que esa visión se cumpla de un día para el otro uno debe ir construyéndola de a pequeños pasos mediante la acción constante.

El click es el pasó más grande o más importante que jamás se dió hasta ese momento. Y en realidad puede, en un sentido práctico o utilitarista, no significar nada. El click puede darse de hecho en el peor momento, en la peor situación, pero también puede darse mirando un árbol en una plaza, tomando una ducha o después de tropezarte con un cordón de la vereda.

No sé que viene primero, creo que en realidad van de la mano y cada cosa fomenta a la otra para que en algún momento suceda. Pero ojo que esto no sucede por pura suerte u obra del destino, como todo, depende de uno.

La magnitud de lo logrado es en donde la gente por lo general pierde el rumbo. Quiero decir, en el caso de Eminem empecé directamente hablando de éxito porque eso es lo que se percibe, eso es lo que «es» para la sociedad. Pero como siempre sostengo, el éxito tiene tantas posibles definiciones como valores y modos de vida existentes. El éxito se mide siempre al final, tomando como parámetro una visión anterior real.

Por lo general se toman puntos de referencia y medidas equivocadas. Si yo pensara que mi éxito debiera ser parecido al de Eminem, o al de Messi, o al del que ganó el último MasterChef, ya estoy perdido, perdido en una construcción que no me pertenece. Estoy intentando transitar un camino que no conozco (y en muchos casos ni me interesa) y al cual nunca voy a poder acceder ya que no forma parte de mi visión.

 

8 Mile

Tu condición, tu éxito

Con esto no me refiero a conformarse si no todo lo contrario. Tu condición es solo un punto de partida, tu visión es tu guía y tu ambición tu combustible. El éxito está al final, en la medición que hagas entre tu punto de partida y tu realidad actual.

Hace unos días iba corriendo por el bosque de mi ciudad y me cruce varias veces con una persona que tenía una discapacidad motriz que no le permitía correr de forma fluida, se notaba que hacia un gran esfuerzo por coordinar cada paso. El punto es que estaba corriendo al igual que yo y los demás, en el mismo lugar y durante la misma hermosa tarde.

Seguramente para él eso sea un éxito. Y es que es fácil caer en el ejemplo del discapacitado que logra cosas que para un «normal» son nimiedades, pero el punto es que, ya sea en la condición de discapacitado o no, solo se trata de éxito, y este concepto es igual para todos. ¿O acaso alguien diría que en realidad es un fracasado porque no ganaría una maratón corredores sanos?

Entonces que yo no pueda rapear como Eminem no significa que sea un inútil o una mala persona, pero entonces tampoco puedo querer alcanzar «su éxito». O al revés, no puedo sentirme un fracasado por no poder ser como él, ni un cinco por ciento de lo que es para el mundo.

Con esto quiero decir que la condición de cada uno hace que del mismo modo todos tengamos una medida de éxito y una percepción del mismo concepto a escala, individual. Esto que tan fácilmente se percibe en lo físico, pasa también permanentemente con lo mental, lo sentimental, en la historia personal, en lo relacional, en todo. Pero claro, como ya no se trata sólo de mirar y hay que ponerse a pensar nos cuenta un poco más.

Después de ver a esta persona reparé en que también que yo estuviera corriendo junto a él era todo un éxito. Luego de haber tenido varios clavos en mi pierna izquierda y con todos los problemas de columna que arrastro, no puedo dejar de considerarlo un gran logro personal.

Entonces empecé a sentir orgullo por los dos y en definitiva por todos los que estábamos ahí. Ese click de conciencia me generó una diferencia y me ayudó a correr aún más rápido y con más ganas a pesar del cansancio y los dolores. Ni siquiera el hecho de superarme a mi mismo, si no el sólo hecho de dar lo mejor de mí me parece un éxito.

La comparación mata tu éxito

Tal y como reza el título de este articulo de Medium, tu mejor trabajo actualmente apesta. Y si estabas dudando no lo dudes, es realmente una porquería. Todo lo que estés haciendo ahora es malo, mediocre, insulso. Lo mismo cuenta para mí, este post que estoy escribiendo es, en realidad, espantoso.

Lamentablemente tenemos este vicio. Así funciona nuestra mente, comparamos nuestro trabajo actual con EL mejor trabajo en la historia de los trabajos.

Un ejemplo de esto, derivado de lo que venía hablando, es que a causa de la gran cantidad de gente que corría junto a mí, se podía notar el que recién empezaba, el señor mayor que lo hacía de toda la vida, jóvenes como yo que lo tenemos como un hábito saludable, algunos más profesionales con vestimentas de maratones, otros más preocupados en su look que en el entrenamiento y así muchos perfiles y niveles dentro de la misma actividad.

Sin embargo, nadie de allí era Usain Bolt ni Dennis Kimetto, por lo tanto lo que estábamos haciendo era un chiste en comparación.

Pero de nuevo la visión: no sé cuántos de ahí querríamos ser alguno de estos dos personajes, supongo que ninguno. Y a no confundir, no quiere decir que a alguno no le gustaría, pero el gustar no alcanza para hacer, eso es un falso anhelo. Entonces no es válida la comparación y como relaté en el anterior punto sí podíamos sentirnos exitosos a pesar de ello.

Lo mismo pasa cuando alguien ve a Bill Gates y le gustaría tener su fortuna, pero no sé cuanta gente estaría dispuesta a pasar por todo lo que él paso y a trabajar todo lo que trabajo para tener su éxito. Este es el punto, cada cual tiene una medida, una visión, una habilidad, un contexto, una vida y las comparaciones suelen terminar siendo muy injustas.

Por si no quedó claro, la comparación no sirve en lo absoluto. Podes tener algo o a alguien de referencia pero nunca compararte de forma directa, ya que siempre vas a terminar cayendo en un absurdo.

La falta de un objetivo y los límites

Si no sabemos a dónde vamos ¿cómo vamos a medirlo? El éxito es medible solo si hay un objetivo.

El éxito no es éxito cunado la sociedad lo dictamina, cuando dice “Eminem vivía en un remolque y ahora es una de las personas más famosas del mundo y es uno de los mejores de la historia del rap”. Eso en todo caso es una valoración cualitativa y cuantitativa de logros artísticos, de fama y repercusión mediática, es la percepción de los estándares que existen en todos los ámbitos y profesiones.

El éxito real de Eminem habría que preguntárselo a Eminem. Quizás nos sorprenda y muchas veces suele pasar, quizás el éxito para él fue sacar a su familia de la situación de pobreza y nada más o haber grabado un disco en particular, probablemente todo lo demás fue consecuencia de sus actos pero no necesariamente un éxito. Tener la casa rodeada de paparazzis no creo que lo considere un éxito y así como eso negativo se lo ve claramente hay muchas cosas positivas que funcionan igual, que no son éxito si no una simple consecuencia, inercia de una cultura con pasos estipulados para todo aquel que quiera entrar en el camino de la fama, el dinero o la belleza.

Por eso es que el éxito es personal e intransferible y por eso es que es medible únicamente cuando hay un objetivo.

Hace unos días, cenando con unos amigos uno me dijo que no se sentía cómodo haciendo el trabajo que no sabía hacer, y que al margen de que le gustara el trabajo que le ofrecían, no concebía el hecho de hacer algo que no supiera hacer.

Lo inocente de su discurso era que no podía darse cuenta que lo que sí sabe hacer, en algún momento no lo sabía llevar a cabo. No comprendía que todo aprendizaje puede conducir a un error o al fracaso. A costa de no fracasar, él prefería poner las esperanzas bajas. Algo así como que para sentirse seguro uno salga a la calle pensando “al menos espero que hoy no me maten”, entonces todo lo que suceda de la muerte para arriba va a ser síntoma de seguridad. Eso es basura y una visión completamente pesimista.

Tener un techo, un límite, es una visión particular. Es dar por sentado que nunca llegaras a eso que se te presenta como una oportunidad, como un deseo, como un anhelo o una fantasía. Esto se convierte en algo realmente triste cuando lo pensamos con verdaderas pasiones o deseos. Como dejó escrito Spinetta:

Después de todo tu eres la única muralla, si no te saltas nunca darás un solo paso

Tu propia versión del éxito

Tal y como dice Sergio en su post sobre este mismo tema, también están los que saben exactamente lo que quieren y que no les importa si va de la mano o no con lo que la sociedad asocia con el éxito.

Cada uno puede tener su propia versión del éxito, es solo cuestión de ponerse a pensar, de crear una visión con un objetivo claro  y simplemente dedicarse a transitar ese camino.

También se trata de dejar de compararse con los mejores, de dejar de hacer cosas solo para sostener una falsa sensación de éxito, como prestar atención a ciertas medidas sociales, como el nivel de fama, el nivel de facturación o el estatus.

¿Queres sentirte exitoso? Descansa un momento, respira hondo y pensá en lo primero que hiciste para llegar a donde estas ahora, para escribir tu primera página o el segundo capítulo de tu proyecto, tanto en lo laboral como en tu vida. ¿Habías partido con una visión? ¿Estás un paso más cerca? ¿Estás disfrutando el camino?

La magnitud de tu éxito puede ser inmensa aunque nadie lo perciba. Puede hacerte tener insomnio muchas noches si aún no lo has alcanzado o puede hacerte llorar de emoción de solo recordarlo.

Esta madrugada me pasan las dos cosas y quería compartirlo con ustedes.

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